POR
HUMBERTO PINEDO MENDOZA
Tener el
orgullo de ser peruano en este Perú del 2013 tiene que ver con el éxito del
chef Gastón Acurio. Es decir que como cocineros somos los mejores. Pero a nivel
espiritual o cultural eso no les entra a estos peruanos. Como socarronamente e
irónicamente diría Iván Thays en España… También somos primeros en tráfico de
drogas, en pandillaje. Esa es la Lima que tenemos ahora y que los diarios
basura como "El Trome" o "El Chino" todos los días nos
recuerdan, con sus crímenes, violaciones y la falta de moral en la población.
Hemos progresado. Ahora los pandilleros tienen armas, se drogan, hay más
adolescentes sicarios.
Mis padres fueron provincianos pero eran reflexivos. Me decían que por qué en los pueblos jóvenes, barrios marginales o de la periferia de Lima los provincianos “la tenían sucia”. En cambio uno viaja a sus pueblos y “las tienen limpia”. Es decir la conciencia nueva de ser un limeño mestizo para amar su pueblo todavía no la tienen la mayoría de estos migrantes. Y eso es por falta de formación cívica y por la corrupción imperante que existe en la mayoría de las instituciones democráticas y de sus representantes. Las leyes para elegir a sus autoridades debe de ser más selectiva y rigurosa como ocurre con las sanciones.
También me he percatado que cientos de parlamentarios, alcaldes o presidentes regionales dan mucho que desear. Acaso no es cierto que en la mayoría de los pueblos estas mismas autoridades se dedican a negocios turbios, al nepotismo. Ahora ya no son los “blanquitos”, los oligarcas, los gamonales. No, ahora son los mismos peruanos del lugar que se dedican a dilapidar los fondos de sus pueblos…
COMPENSACIONES
Esta Lima progresa a nivel macroeconómico, pero que en la población no se vea este adelanto es preocupante. La mayoría de los delincuentes en las cárceles son gente provinciana. Y son los más avezados. Los pandilleros en los pueblos son los llamados “cholos informales”. Son agresivos, destructores, violentos. Su prototipo sería el músico delincuente "Chacalón”. Casi la mayoría de los subversivos pertenecían a este sector de resentidos sociales. Me preocupa que no exista una política cultural coordinada con la del Ministerio de Educación para formar un nuevo hombre con valores. Sino más bien se conforman con crear hombres insensibles, consumidores o comerciantes informales. Y los que logran una profesión viajan al extranjero para quedarse. El Estado les regaló la educación primaria, secundaria y hasta universidad. Para que después fuguen a otros países y no paguen ni un centavo como agradecimiento a su inversión social. El costo beneficio es negativo para nosotros.
Compensaciones o hipocresía social. Vemos a los hijos de este sector social en las mejores universidades del Perú como del extranjero. En las mejores instituciones públicas. La relación social con los otros grupos sociales ya no es vertical sino horizontal. Viven creyendo que con el dinero se consigue todo. Esta nueva escala social los blanquea y con su nueva posición social cholean a sus paisanos que no tienen recursos económicos. Perversa ilusión discriminativa de sus pares que nos lleva a una sociedad chicha que no tiene identidad de pueblo desarrollado. Qué tipo de estudiantes estamos formando en las escuelas. Jamás los veremos protestando en las calles para buscar una educación más eficiente como los estudiantes de secundaria de Chile. Es verdad aunque nos duela que esa es la diferencia.
Los medios
de comunicación, diarios y televisión juegan un papel negativo importantísimo
para estupidizar más a la población. Para que exista una televisión basura es
necesario que exista un pueblo basura que los alimenta. Cuando esta población
cree que nacionalidad es un golazo de Guerrero nos damos cuenta que somos un
pueblo precario, subdesarrollado, mediocre y que no sabe que es lo
que quiere. Un país frustrado o traumado socialmente. Algunos dirán que esta se
produjo con la captura del Inca Atahualpa por los españoles. Mario Vargas Llosa
diría: en qué momento se jadió el Perú. Diría yo que somos los mismos
peruanos con nuestras frustraciones, ignorancia y prejuicios que no logramos
conseguir que este pueblo reflote moralmente, ni tenga una personalidad cívica decente.
En Lima el 60% por ciento de la gente no sabe por qué vota. Y si lo hacen
manipulados por las encuestas o los medios de comunicación interesados...
Los
partidos políticos no crean cuadros con personas eficientes. Sino cuadros políticos
con personas que están agazapados para tener un cargo público y después
dilapidar de los fondos del pueblo. Hay cerca de tres mil juicios de empleados públicos
del anterior régimen. Fujimori destruyó la conciencia moral de nuestro
pueblo. El sector más esclarecido de personas conscientes y progresistas están
luchando para reflotar esta moral, pero la clase política actual de
nuestro país confunden política con politiquería, de chismografía, de confrontación estéril,
de dichos y diretes, escándalos intrascendentes o cuestiones coyunturales
sin importancia. No son las proposiciones, las ideas, los planteamientos. Observen
a nuestros representantes.
Por eso considero que estos limeños todavía no tienen una formación cívica suficiente para considerarse ciudadanos. Son simplemente personas que habitan en un lugar y buscan sacarle el mejor provecho o partido a las cosas. No hay conciencia de respetar a sus semejantes y sus diferencias. Sino más bien un aprovechamiento del presente. Con este comentario no quiero generalizar que la mayoría de estos "limeños" tengan todos estos vicios. Yo amo a mi país y espero que cambie pronto esta situación por una sociedad que se respeta y en donde se cultiven valores importantes de justicia, libertad, amor y belleza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario