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Leamos este articulo de recopilaciòn històrica sobre este movimiento de ruptura.Desde aqui mi reconocimiento entrañable a un gran poeta y amigo Jorge Ovidio Vega Morzan adalid,fundador y gestor de este movimiento que en la actualidad cada uno de sus integrantes brillan con luz propia
MANUEL MORALES ENTRE LOS FUNDADORES DE GLEBA LITERARIA
julio 25, 2013 a las 2:27 am | Escrito en Artículos sobre Literatura, Comentarios diversos, Comunicación y Cultura,Documentos, Miscelánea, Noticias y demás... | 2 comentariosEtiquetas: año 1965, eduardo ibarra, jorge vega, manuel morales, ricardo falla
Manuel Morales Peña (Iquitos, Perú 1943 – Porto Alegre, Brasil 2007), fue uno de los primeros poetas que conocí, el año 1965, en la Facultad de Educación y Ciencias Humanas de la Universidad Nacional Federico Villarreal en la que ambos estudiamos en la especialidad de Lengua y Literatura. Amigo cercano, compartimos lecturas, recitales, amistades e indignaciones frente a las condiciones que se vivían en la Universidad y las injusticias y cerrazones sociales y culturales que sufría el país.
Miembro fundador del grupo que editó desde octubre de aquel año 1965 GLEBA, Revista Literaria y donde publicara sus poemas mucho antes de la aparición, en 1969, de su primer y único libro Poemas de entrecasa. Así, junto a Jorge Vega Morzán, Carlos Bravo Espinoza, Ricardo Falla Barreda, Jorge Pimentel, Abdón Cabanillas, Eduardo Ibarra, Eduardo Valdizán, Manuel Morales Peña se encontró entre los pioneros de lo que sería luego un vasto movimiento poético al que se irían añadiendo nuevos nombres.
Como referí en anterior post, el año 1968, publiqué en la revista Páramo ( bajo mi osada dirección) una entrevista – tal vez la primera que se le hacía- realizada por, nuestro también compañero de estudios, Juan Paredes Castro, con motivo de haber obtenido elPremio Cantuta de Oro 1967 por la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle. En aquella oportunidad, dio a conocer cuatro poemas del libro premiado: “Compromiso”, “En busca del tiempo perdido”, “El truco de este mundo y ” “Dibujé una trampa”.
En la mencionada entrevista, a la pregunta de Juan Paredes acerca de cuándo se había iniciado en la poesía, Manuel respondió i: ”Desde niño. Empecé a escribir cuando consideré a la poesía como exilio”. Qué hondo significado cobra ahora esta respuesta de quien muchos años después dejara el país, nos visitara en casa en algunas oportunidades y luego nos sorprendiera con la noticia de su muerte en Brasil.
En la mencionada entrevista, a la pregunta de Juan Paredes acerca de cuándo se había iniciado en la poesía, Manuel respondió i: ”Desde niño. Empecé a escribir cuando consideré a la poesía como exilio”. Qué hondo significado cobra ahora esta respuesta de quien muchos años después dejara el país, nos visitara en casa en algunas oportunidades y luego nos sorprendiera con la noticia de su muerte en Brasil.
En recuerdo de esos años y su fuego reproduzco aquí en calidad de primicia los textos de Manuel publicados en los primeros números de Gleba entre octubre de 1965 y abril de 1970.
De. GLEBA, Revista Literaria, Nº 1 Año 1 , Lima octubre de 1965
PROTESTA FUNDAMENTAL….
De un poeta herido
Su pata de cangrejo.
Erase por no decir más
Cuarenta puños
Cuarenta piernas
Su encefálica masa buscando.
Han asesinado la poesía
Su raíz
Su vértigo
Un musgo quebrado
Una palabra de metal.
SALUD GLEBA!
Que la mano izquierda
Deshoja un intestino delgado,
Un alveolo descuartizado,
Un rito de flores frescas.
GLEBA
tú resucitas cadáveres de asbesto
toma el cuchillo de las tinieblas,
vierte esquirlas de pan sobre su pecho,
y coloca u crepúsculo de azucenas
esqueleto de este frágil poema.
DESNUDEZ
No sé si es snob, pero…
Yo he asaltado una banca de figuras grotescas,
He asesinado caballos de fuerza,
He tocado la pierna de una mujer leprosa;
Guardando celibato
En una sírdida casa de enajenados.
Yo he conocido
Lo más imbécil de las creaciones,
Me he acostado con la viuda de mi hermano,
Y a un rico le he hurtado una pulga de oro.
Y Dios me ha acompañado.
Yo me he casado
Con una mata-hari en un templo budista;
Y el destripador de Londres
Me ha dado la receta
“como degollar sin ruido a una mujer infiel”.
Yo he sido el poeta de las casas de tolerancia,
Y he bebido chicha con os sacerdotes morbosos;
Y no he sido proxeneta,
Ladrón ni prestamista,
Mas sí un sinvergüenza.
He sido lavaplatos,
Cocinero, en un hotel de mala muerte,
He conocido a un homsexual y he aplaudido su actuación
Y he bailado desnudo en un suburbio.
He caminado como un mono
He imitado a un ciego y a un cojo
Y he decapitado a un poeta maldito.
He visto a un baboso
Y mi cuerpo he doblado en frágil genuflexión.
Yo he robado las cosas de una casa abandonada,
Palabras a la inspiración,
He sido tragasables en un circo mundano,
Matarife y arriero en periodos de inanición.
He dormido borracho en los bancos de las plazas
Y he comido los panes que no son nuestros.
He tenido un amor (en cada esquina)
He mantenido relaciones con la mujer del vecino
(agente viajero)
He charlado en su alcoba con la mujer de otro
(militar)
He dicho todo lo que he sido
- Y no he mentido -
Riiiiing……Riiiiiiiiiing…………
Disculpen.
Me están llamando por teléfono,
Y mientras tanto
No me importa lo que puedan pensar.
De: GLEBA Revista Literaria Nº 2 Año 2 Diciembre de 1968
EL DETALLE OLVIDADO DE PIEICEN BOOL, EL MARINO
Sí, Peicen Bool había naufraguado.
Primer o en Ámsterdam tropezó con unos maleducados y no levantó la cabeza sobre otras alas y de Bruselas recordaba las manos toscas y caléndulas de una pequeña idiota (prostituta iniciada en La Riviera). Luego supo que sus redes invisibles abrazarían el silencio de haraganes grumetes, de ebrios tostados en algún puerto de la Costa de Marfil; lejos, sin embargo, las afónicas trompetas denunciaban que nunca tuvo casa y jardines y deseos.
Peicen Bool tuvo cinco mujeres. Recordaba a una sola, aquella que gustaba escuchar a Chopin mientras se desnudaba y bailaba como una culebra d esas que pululan en la India. Y tuvo un hermano embustero, casado con una diosa fenicia medio sorda.
En su pasado Dido era una antigua ramera, entre el helado semen de los jóvenes bacantes de un tiempo mucho , pero mucho más reciente que la invención de la primera peluca postiza. ¿Y Jerusalén? Juraba que le era indiferente. A pesar de que Miriam, la hebrea, una de sus mujeres, parió un hijo atómico en un mugriento puerto del Mediterráneo. Después una puta rubia cuando tenía veinte años y 665 liras en un banco. Luego sus manos vacías, su ira devorada mil veces por los pájaros y sus tatuajes y las algas colgadas junto a unos enanos horribles como escapados de un campo de concentración sin púas ni vigilancia, cuantas veces estuvo a la deriva sin estatura, sobre la primavera; irguiéndose sobre los años amarrado en la proa de su soledoso barco. Cuántas repetidas veces ante su asesino orgullo, ante el retrato arrugado de Miriam que se largó con un fogonero con dirección desconocida, de seguro, hacia las Islas Mariana o a los burdeles de Argelia.
Peicen Bool está viejo.
Lo estoy viendo, gris, apaleado por el tiempo; en el Perú que un país de gordos que solo piensan en pegar a sus mujeres y en la política y en devaluar la moneda.
¡AH SEGISMUNDO FREUD!
Y el doctor Freud violaba a las mujeres.
Los sueños lo acusaban de su canalla.
Pero Mister Freud pegó a su mujer,
Y siguió siendo un vienés,
A pesar de no componer sonatas.
¡Ya lo conocen! Sus complejos
Le impiden acostarse con una prostituta.
¡Ah Segismundo Freud!
Apenas si ha leído a Julio Verne,
Mas sí a Musset. “Dos noches de placer”
Le inspiraron su macabra teoría.
De: GLEBA, Revista Literaria Nº 3, Lima, 22 de abril, 1970
LOS MANSOS
Sentimos que somos aventados
Ante la muchedumbre. Sentimos que
Nuestra piel se torna enrarecida.
Sentimos que
Hasta nos han clausurado las sonrisas
Y, sin embargo, nada decimos.
Nos corrompen en masa, nos
Prostituyen ante los ojos de la censura
Y, nadie dice esta boca es mía. Nos roban
En los noticiarios,
Nos estafan en nuestros sueños,
Nos hablan de la l una y la matanza,
Y la barbarie sigue su paso, nos
Prometen los oros,
Por añadidura. Han alimentado
Nuestra memoria con el desfiles de los Catorce Incas. Nos falta el pan,
Y la risa que es lo indispensable.
Nos marean con los cambios de estructuras.
Nos insultan, nos dicen subdesarrollados
Y, si embargo, nadie dice esta boca es mía.
¡Pero basta! Si calculáramos las palabras
Que se gastan en las gargantas, ello,
Bastaría para escribir los libros
Más bellos de la tierra. Sentimos
Que somos aventados ante la muchedumbre.
Sentimos que somos muchos y no somos nadie.
Se arrugan nuestros rostros, se
Curten nuestras voces de impotencia.
¡Bienaventurados los mansos!
Las puertas de la esclavitud nunca se abrieron con promesas.
QUÉ SERÁ DE MI CABALLO
Qué será de mi caballo.
Qué pasó con mi caballo.
Yo quería a mi caballo
Quién robó mi caballo.
Ese caballito blanco
Que saltaba en las mañanas.
Ese caballito blanco
Relinchando en el establo
Qué será de mi caballo.
Qué pasó con mi caballo
Yo quería a mi caballo
Se robaron mi caballo
Esos ladrones de mierda
Ya no saben qué robarse
Y se roban mi caballo
Y me dejan sin caballo
El potrero está de luto
Encontraron mi caballo.
No relincha mi caballo
Qué caballo pa caballo
Está muerto mi caballo.
Ese caballito blanco
Que saltaba en las mañanas.
Ese caballito blanco
Relinchando en el establo
Qué pasó con mi caballo.
Se robaron mi caballo.
No relincha mi caballo.
Está muerto mi caballo
En enero del año 1969, en Nueva Humanidad, Revista literaria, que dirigió Ricardo Falla Barreda e ilustró Alberto Caballero Valdelomar, también se publicaron dos poemas de Manuel Morales Peña. Aquí los vemos:
En el mes de agosto de 1990, apareció Fondo de fuego. La Generación del 70′, de Ricardo Falla Barreda, minucioso estudio y trabajo antológico que , como señalaba el autor, tenía el propósito de “poner al alcance de los lectores de poesía una reflexión relacionada al surgimiento y participación de la Generación del 70′ en la dinámica histórica de la literatura peruana, más la percepción que de la mencionada dinámica tuvieron (y tienen ) los poetas que integraron laPrimera Promoción… en estricto rigor del tiempo histórico donde se ubica su proceso formativo, se ha considerado únicamente a los poetas que se expresaron en el primer momento de las revistas Gleba, Estación Reunida y Hora Zero, gestadas y presentadas públicamente en Lima (Universidades Federico Villarreal y Mayor de San Marcos) en la década del sesenta. También se ha puesto atención en los poetas que sin estar insertos en las citadas revistas se formaron en el mismo lapso y localidad, mantuvieron relación amical e ideológica con los movimientos poéticos aludidos y publicaron su primer libro en el preciso instante del pronunciamiento generacional”. La parte de la antología se inicia con Manuel Morales y se registran ocho poemas de Poemas de entrecasa.
PARA MAYOR INFORMACIÓN, Y TESTIMONIO DE PERMANENTE RECUERDO Y HOMENAJE, TAMBIÉN VER LOS SIGUIENTES POSTS DE ESTE BLOG:
ALLÁ , AL OTRO LADO DEL MUNDO. POEMA DE MANUEL MORALES
Dos POEMAS DE ENTRECASA. Manuel Morales
CUATRO DÉCADAS DE POESÍA EN EL PERÚ. Intensidad y altura
PÁRAMO, REVISTA DE LITERATURA, cuarenta años después
LA CIUDAD POETIZADA. POESÍA URBANA DE LOS AÑOS 70’
TAPIZ DE LA ERRANCIA O UNA POÉTICA DEL DESTIERRO. FORMAS DEL DELIRIO DE JORGE NÁJAR
EN CASO DE USAR LA INFORMACIÓN SE SOLICITA CITAR LA FUENTE
FOTOS:
GRUPO GLEBA: Archivo personal de Jorge Vega Morzán . Fotografía reproducida por Jesús Cabel en Fiesta prohibida. Apuntes para una interpretación de la nueva poesía peruana. Lima, 1986
Otras fotos: Archivo familiar.
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