jueves, 23 de mayo de 2013

HOMENAJE AL POETA MARIO FLORIAN

Conoci al poeta Mario Florian y al narrador Francisco Izquierdo en el INC de Lima.Ambos eran muy grandes amigos.Pancho publicando la revista "Cultura y Pueblo" y Mario como docente en el Bartolome Herrera.-Mario siempre fue muy rebeldeGracias a la colaboraciòn desinteresada de mi dilecto amigo Jaime Guadalupe Bobadillla  es que difundo  este semblante humano y literario del poeta






EL POETA MARIO FLORIAN


 ¡MARIO FLORIÁN NO HA MUERTO: VIVE EN NOSOTROS!


Mario Florián Díaz, maestro emblemático, sutepista ejemplar y poeta mayor del Perú, pertenece a la recia estirpe de escritores venidos de tierra adentro, como César Vallejo, peruano universal por siempre; José María Arguedas, paradigma de peruanidad irreductible; Manuel Scorza, poeta, narrador y editor-promotor cultural peruano de renombre mundial;  entre otros de imperecedera valía.

Nació en hogar humildísimo, en el distrito de Nanshá, provincia de Contumazá, región Cajamarca, el 3 de octubre de 1917. Fue Alcalde de su terruño natal, y por su juvenil e intrépida lucha contra los causantes de abusos y postergaciones de su pueblo, se le destituyó de tal condición por el entonces Ministerio de Gobierno y Policía, hoy Ministerio del Interior.

Estudió Letras e Historia en las Universidades Nacionales de Trujillo y de San Marcos. En esta, se suprimió arbitrariamente la cátedra que él ejercía con su característica solvencia, ante lo cual optó, con  proverbial dignidad, por la labor docente en la Gran Unidad Escolar Bartolomé Herrera -hoy Institución Educativa Emblemática-, en el distrito de San Miguel, Lima, centro educativo en que formó a varias generaciones, exalumnos que  siempre  lo evocan con admiración y gratitud. 

Conocido también como El Juglar Andinista del Perú,  Mario Florián moldeó nuestra alma nacional en versos de flamígera y apasionada voluntad transformadora, así como de honda ternura y convocante fraternidad colectiva; con su singularidad artística cinceló la identidad  rebelde y solidaria, valerosa y patriótica de nuestro pueblo, esencia e identidad nuestra a la que diariamente se pretende demoler mediante la persistente campaña multimediática del perverso modelo socioeconómico-cultural neoliberal, no solo tolerada sino incluso promovida por los sucesivos Gobiernos antinacionales, sustituyéndola por la frivolidad degradante, por el consumismo banal y la vaciedad espiritual, por el individualismo y pragmatismo corrosivos e indolentes; desnaturalizando a  nuestra juventud con los antivalores lumpenizantes y la idiosincrasia cobarde y apátrida.  

Autor de vasta y trascendente obra literaria, tanto poética como  narrativa -y también, como casi se desconoce, de Historia y Arqueología-, genial creador de los célebres poemas Urpi, Pastorala y Arenga al Peruano, Mario Florián obtuvo, en 1940, el primer lugar  en los Juegos Florales de San Marcos;  y en 1944, el Premio Nacional de Poesía. En 1977 alcanzó, por sus indiscutibles méritos, el Premio Nacional de Cultura.

Jamás debemos olvidar a nuestro entrañable Maestro Mario Florián Díaz. Frente a sus alumnos, su didáctica pedagógica de nuestro idioma y de  nuestra literatura siempre fue fervorosa y edificante, así como su impronta de forjador y abanderado del gremio magisterial, nuestro SUTEP, en sus innúmeras bregas por la revaloración y dignificación de los docentes de la patria. Las  tan históricas como heroicas Huelgas Nacionales Indefinidas de 1978 y 1979 están perennizadas en la vivificante épica de su libro La Sangre del Pueblo Magisterial, y el  poema-símbolo de este libro imprescindible es el magistral  Canto de Gloria al SUTEP.

Enseñó brillantemente en las aulas y en las calles, y por ello asumió con ejemplarizadora dignidad las adversas, terribles consecuencias de la brutal represión de la dictadura militar contra el magisterio alzado en lucha durante los ciento diecinueve días de la Gesta Magisterial-Popular de 1979, a la que él certeramente llamó Epopeya Nacional Contemporánea: así como miles de maestros y maestras dirigentes y de base en todo el país, ¡¡¡el gran pedagogo e indoblegable sutepista Mario Florián también sufrió la subrogación!!!, y fue “reemplazado” por un infame militante aprista de la Universidad Villarreal que fungía de estudiante de su Facultad de Educación: otra ignominia eterna de ese partido, que precisamente en aquel periodo de auge de la lucha popular democrática, antidictatorial  y antiimperialista mostró nuevamente su entraña  reaccionaria y corrupta al actuar -en tanto que soporte político del sistema dependiente y subdesarrollado- como el mayor aliado de aquella dictadura militar igualmente corrupta y reaccionaria. 

En esta etapa crucial de su vida, que es también la más fecunda de su labor educadora docente y de su creación literaria, Mario Florián Díaz tuvo la vital compañía, la ayuda vital de su bienamada compañera de sentimiento, de luchas e ideales, de vida: su esposa Francila Pasionaria Alzamora Morales de Florián (Huaraz-Áncash, 14 de junio de 1953 - Lima, 14 de junio de 2012), quien, luego de su partida, padeciendo el infinito dolor y la devastadora soledad causada por su ausencia, se irguió venciéndolos, teniendo como inagotable fuente de valor para continuar viviendo la fidelidad a las enseñanzas y al legado de su inolvidable y siempre presente bienamado compañero de sentimiento, de luchas e ideales, de vida.

Mario Florián, así como jamás se corrió de la lucha, jamás transigió con la   mediocridad, el arribismo, la mezquindad. Su talento de educador-escritor siempre estuvo al servicio del pueblo y su destino histórico; su vida entera fue de acrisolada y fervorosa  entrega a lo más noble y supremo en el ser humano: lograr una realidad mejor, un  país superior, un mundo diferente para todos y para todas. Por tanto, habiendo vivido a plenitud su época, él trasciende el tiempo y las circunstancias; y su morada es la posteridad, desde donde nos inspira y alienta siempre, siempre...

Mario Florián, nuestro gran hermano mayor, unió dialécticamente, como solo él supo hacerlo, el rol histórico del maestro excelente y visionario con la histórica responsabilidad del luchador social de vanguardia; fusionándolos como un todo armónico en su multifacética creatividad de  artista de la palabra y la imagen, del creador que, vallejianamente, nace del pueblo y va hacia él.  

Nos dejó el aciago 1 de octubre de 1999, pero él y su Obra perdurarán por siempre para honra  y norte del Magisterio Nacional, de quien es paradigma;  para orgullo del SUTEP, a quien tanto amó y enalteció, y, ante todo y sobre todo, para el presente y porvenir del pueblo que nos dio  vida, de nuestro Perú. / Jaime Guadalupe Bobadilla

¡MAESTRO MARIO FLORIÁN DÍAZ: PRESENTE! 
¡AHORA, Y SIEMPRE!

¡MARIO FLORIÁN NO HA MUERTO: VIVE EN NOSOTROS!

¡JUNTO A MARIO FLORIÁN, CON NUESTRAS LUCHAS,
PERUANICEMOS EL PERÚ!




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