jueves, 16 de enero de 2014

ESCRITORES POR ESCRITORES SOBRE HUMBERTO PINEDO


Posted hace 1 mes

 

José Beltrán Peña, director de las reconocidas revistas literarias Palabra en Libertad y Estación Compartida y autor de estudios literarios que definen la generación del 70, la poesía concreta y numerosas antologías poéticas que se presentan en diferentes instituciones, tuvo el acierto de invitar al historiador, poeta y periodista Humberto Pinedo para que explique, dentro del marco de la presentación de la obra Casa de colores, cómo su poesía ha ido ganando —a través de la historia— estimaciones crípticas por parte de la crítica. El crítico literario instó a Pinedo a que exponga sobre su producción literaria y las exégesis de la poesía concreta que desarrolla, así como su vida y época.
Nuestro poeta concreto entiende como Sartre que la vida representa existir, pero con esencia y trascendencia. Ortega y Gasset, además de la trascendencia, priorizaría la vitalidad. Miguel de Unamuno definiría a la vida con independencia y conexa a la identidad. La poesía concreta para Humberto no es el experimentalismo puro, sino más bien la esencia social creativa. Nietzsche enunciaría que cuando el artista crea sentimientos ajusticia a Dios y se convierte en un todopoderoso. Por esto, podemos afirmar que todo lo que posee cualidad de real es creativo, y si puedes expresarlo con pocas palabras (características minimalistas), pero con sentido poético, la condición se sublima. “Nuestras vidas son los ríos / que van a dar en la mar (…)”, estos versos de Jorge Manrique resumen apropiadamente el sentir de Pinedo Mendoza.
Nació en Lima en 1947, y es en el año 1972 cuando comienza a escribir incentivado por la participación en el Congreso de Jauja organizado por la Universidad La Cantuta. Esta época se caracterizó por los cambios sociales de las Fuerzas Armadas. A este evento el joven poeta llegó solo, con su verdad a cuestas, evitando todo tipo de dogmatismo y sectarismo. Se encontró, atestigua, con cientos de pequeños poetas, poetas saturados de verborrea ideológica, pero sin rigor que comprenda un trabajo creativo original. También se percató de los reducidos grupos de poetas que se autoproclamaban con autobombos desmesurados. Por estos fenómenos, Martín Adán se automarginaba de estos elementos.
Considera que el poeta debe asumir un rol social y escribir como siente. Este sentir no puede enmarcarse dentro del pragmatismo, sino más bien toma conciencia a tiempo de los problemas sociales. No es necesario ser comunista para que nuestros escritos se plasmen con sentimiento. Albert Einstein marcaría distancias entre el sentismo y el racionalismo. Bajo estos pensamientos, Humberto Pinedo, a sus veintitrés años, entendió lo que significa supervivencia. Con el pasar de los años comprendería que los gobiernos llegaban al poder por llenar apetitos personales o de grupo. Entendió que por más buen sistema social que exista en el país, si no se prioriza el desarrollo integral del hombre no se logrará nada y la valoración subdesarrollada nos seguirá acosando.
Pasados cuarenta años, a opinión de Pinedo, las izquierdas siguen atomizadas y las derechas cavernarias y antihistóricas, primando el mercantilismo y la informalidad. Expresa esta posición cuando versa: “Ya me harté de escuchar bajezas a cretinos señores (…)”, asumiendo un carácter de cuestionamiento. La poesía concreta se explica en formular versos sentidos con el dolor e insatisfacción de los problemas del hombre de nuestro tiempo. Sobre estos idearios construiríamos una sociedad mejor. Es decir, el artista debe aportar con su imaginación para formar ese nuevo hombre que se vaticina y proclama. Ejemplifican poemas como “Canto coral a Túpac Amaru”, de Alejandro Romualdo, o “Himno a los voluntarios de la república”, de César Vallejo.
José María Arguedas, símbolo de la integración del mundo andino, se desgarra social y antropológicamente en sus expresiones y es por esto que trasciende. Pinedo testimonia expeditamente que podemos encontrar poetas y narradores de su generación que escriben evasivamente y rozando la mala calidad. Señala como excepciones a Enrique Congrains, Julio Ramón Ribeyro, Mario Vargas Llosa y Oswaldo Reynoso, que atestiguan efectivamente la angustia de su clase social, convirtiéndose en parte de la historia de la literatura peruana. También rescata al poeta Arnulfo Moreno, en quien encuentra este mismo discurso.
¿Por qué concreta? Ortega y Gasset y Julián Marías evocarían que la inmediatez de la vida es circunstancia. Pero el hombre con su lucha diaria lo hace grande e importante. No pueden convivir dos verdades iguales. La trascendencia en el arte del concretismo es conseguir llegar a más almas y entender sus problemas humanos.
En Europa, después de la Segunda Guerra Mundial, los jóvenes entendieron que las sociedades industriales deshumanizan, cosifican y alienan a las personas, y regresaron a condiciones naturalistas expresadas en los hippies y existenciales, influenciados por Jaspers, Heidegger o Sartre. De esta manera es que se produjeron los sucesos de mayo en París, siendo los estudiantes quienes asumieran con conciencia real sus propios problemas. Pronunciaban su disconformidad con pocas palabras: “Hagamos el amor y no la guerra”.
Hacia el 2013, Humberto nos anuncia que ha encontrado un “ejército de poetas”. Por motivos de promoción cultural resulta ventajoso, pero para asumir un rol social aún se encuentran evasivos. Como entenderíamos de Herbert Marcuse, confunden la conciencia con la sexualidad descarnada como liberación. Lo concreto debe representar comunicación directa, pero partiendo de la calidad.
Bajo este espectro es que comenzaron a surgir esos versos característicos que expresaran un oportuno desconcierto, incomunicación, furor y rebeldía. En el poema “Musgos y musgos”, cuando versa: “rumo muertos me gasto tramo monto y rumo (…)”, revela el dolor sartreano que César Toro Montalvo percibe en su poemario Topus. Sus versos, desde el origen, se concebían colmados de sabor clásico y testimonial. Las bulerías, así como los boleros, rancheros y huaynos del Perú profundo, interpretados de acuerdo a la coyuntura de vida, construían una particular atmósfera en su escenario como escritor. “Que tu padre arranca a la tierra / su futuro envuelto con desafíos (…)”, son versos que confluyen como reflejo de preocupación. También en el poema “Los sirvientes” cuando nos reclama: “El torpe que desprecia la pureza / al soñador golpeado por el tiempo (…)”.
Podemos afirmar que sus poemas no parten, como inspiración, del concretismo brasileño propio del experimentalismo, ni tampoco de los antipoemas de Nicanor Parra o las características crípticas de Octavio Paz. Son versos escritos sobre una realidad existencial. Sucede que en el Perú fácilmente podemos descubrir un agudo complejo de inferioridad estrechamente ligado a las capas intelectuales. Para este sector en particular todo lo extranjero posee cualidad de “bueno”, según entendemos del discurso del autor de La historia de San Miguel. Sostenido en actitudes imberbes no se puede definir cabalmente el sentismo y racionalismo. Sin embargo, en esta postura se comprende a poetas como Walt Whitman, Edgar Allan Poe, Ezra Pound, T. S. Eliot y Cesare Pavese, emblemas de la literatura universal. Entendemos de esta manera que la poesía concreta consiste en expresar, sin camisas de fuerza, los graves problemas que acusamos pero de un modo sintetizado. De esta manera es que el pueblo podrá comprender claramente el mensaje de los textos poéticos y rebelarse contra los tiranos que someten parte de su libertad y justicia.
Leoncio Luque señala que en sus poemas, artículos y posiciones sociales, se subvierte el orden. Pinedo coincide con esta interpretación y atestigua que en el camino de la creación literaria se ha enfrentado a “tirios y troyanos”. Hallamos revelaciones de este sentir en el poema “Grama Lused”, por ejemplo cuando versa: “cerdo lumpen pata saluda (…)”, encontramos un testimonio del gesto deshonesto del poeta Manuel Morales. Así también comprendemos que la democracia es necesaria para sostener instituciones sólidas, como la inversión privada para generar desarrollo y libertad de expresión. Esta posición debemos defenderla con justicia social. Sus poemas concretos están publicados con ese sentir expresivo característico y con elocuencia tanto visual, testimonial como artística. Aparecen exitosamente en el medio Discover Latest Info-Washington.
El poeta concreto del Perú nos anima a manifestarnos con amor, pasión, rebeldía, usando los recursos que nos brindan la informática, la ciencia de la psicología y la sociología. Por esto manifiesta: “Si le das confianza a un intruso te devolverá amistad con reparos”. Este verso podría ilustrarse con dibujos o viñetas para darle más consistencia al mensaje. De esta manera se nos invita a ser concretos en nuestras concepciones y vidas. Iluminar las palabras con imágenes que nos afecten positivamente y con belleza, y que también nos puedan llenar de felicidad y ternura. También podemos citar el verso “Ya me harté de soportar torpes sin corazón honesto”, del poema “Dolor de un hombre sensible”. Así entonces la admiración a los poetas como Alejandro Romualdo y Carlos Germán Belli se demuestra, cada uno expresa en su estilo el sentismo y la conciencia de los problemas sociales e históricos de su época.
Practiquemos, como Mario Florián, Javier Heraud y Mariano Melgar, un sentismo concreto, expresiones consecuencia de lo que sucedió con sus vidas provincianas, guerrilleras y precursoras. La vida debe considerarse concreta y posee un determinado sentido y sabor asumirla. El carácter fantasioso en los textos se torna necesario, pero es cuando se van por las ramas que la poesía concreta no cumple su objetivo. Por ejemplo, en el poema “La vida no vale nada”, cuando arguye: “Increíble, asesinan seres y se ufanan de muertes enemigas (…)”, indica lo contrario a ese informal orgasmo creativo que puede acosar nuestro quehacer literario. Este poema expresa el sentir de lo que sucedió en nuestra época subversiva. Para Humberto Honorato Pinedo Mendoza la poesía concreta significa liberación y comunicación.

POEMAS CONCRETOS DE HUMBERTO PINEDO MENDOZA

EXTRANJERO TERRESTRE DE CAPOTE TULLIDO

Complacido estado que recado hastió me incendio de emoción todo
motivado amago,desmorono el cerco, cual especimen, mi cogote marco
exploto fomento el embriague cual enfermo me arrastro y cojo lodo
toldo especimen cual jumento encargo mi sueño y rapo al tacho mi amago
mustio afónico me angustio me emboto cual polvo mi tórrida mano
ceboso quejido que oxigenada colina 25 años míos cual galgo empaco
mi tullida mesa que ensombro crujido que engolino terrestre letrina
pierdo la sonrisa cual ñaño desolado excroto mi chaco efímero
zairirme quejido sublime de emoción trucada que arrastro huellas cual polvo
Jorge Ovidio amazo mi tiempo si Jorge Ovidio lo amazo cual anacoreta y agradezco
a mi madre por su matriz por haberme parido diferente a tanta mierda

FRUNZO MI CEÑO Y NO ME CORRO

Frunzo mi ceño cobijo mujeres de pecho rojo que irá santa trago claros bollos
me canso robo mi cuerpo empaco mi mundo mi trueno que herido contemplo solo
camino ahogo pasos ido muy ido los tomo,los reporto, consolado, redomo mi mundo
cobijo bollos me canso, robo mi alma, robo mi sol, robo mi día, que opaco guardo
pomposo tiempo que empaco que anudo desgarrado rostro de copioso nudo todo
frunzo mi ceño me embarro solo nutro al día sombras meto garra rebelde saco
combato, bicho raro de muchos, redomo mi hechura, que a perro mundo mato
contemplo hermano nuestros años colgados sudaban, habíamos nacido al mundo
                                    hermano habíamos nacido

PUEBLO GITANO

Gitano tu raza nómadeganará su destino con libertad
luchando contra déspotas matones y decretos perros
romperásmaldición de naciones egoístas siguiendo llamado
griteríos de reencuentro y persecuciónregirán tus meses
tenaz hombre tu sangre rodará los campos de justicia
Gitano mil injurias combaten tus sentidos hijos por el mundo
valiente entrega que aumenta martirio con alaridos cantes
lamento guerrero que desgarra fibras de herido soñador
Gitano tu alma telúrica es la rebeldía de pueblos heridos

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