COMENTARIO VERACRUZANO
Tarde poética musical
Por. Isidoro A. Gómez Montenegro.
En el marco del XLIII Encuentro Regional de Escritores Veracruzanos, A.C., que se llevó a cabo el 7 de septiembre, en el patio del Museo de la Ciudad de Veracruz, en donde tuvimos la visita del poeta peruano Humberto Pinedo, quien se encuentra recorriendo nuestra hermosa República mexicana con un contingente de coterráneos, fue una hermosa velada poético-musical, la parte musical estuvo a cargo de Lucía Cano, con su bella voz interpretó melodías extraordinarias. Acudieron al Encuentro poetas y escritores de Xalapa, Xico, San Andrés, Veracruz y Cosoleacaque. Con la calidez característica de nosotros los mexicanos y sobre todo los veracruzanos se le otorgó Reconocimiento por parte del Director de Cultura del H. Ayuntamiento de Veracruz y de EV,A.C.
Humberto Pinedo es limeño, nació a mediados del Siglo XX, sus poemas golpean, están separados por pausas, reiteran angustia, incomunicación y furor. Yo escribí estas palabras para darle introducción a su lectura:
Los poetas de fines del Siglo pasado: “narran” a condición de aceptar, impersonal, hacen mella en uno, al grado del sí mismo, nada saben de su objeto, sólo saben de sí, combinan cosas.
Dicen: alguien puede volverse relator sin ver, roban narrativa novelesca para hacer sus personajes fetiches, así lo llaman trabajo poético, gastan más de lo que tienen, deshumanizan el arte, lo hacen menos sublime; una representación sin idea, una interrogación muda, impensable.
Las musas viven en ciudades ausentes, sin imagen el poema no podrá ser visto, doble tarea del ausente, enciende fuego de ausencia, rostro vacío de ausencia, se pronuncia en lengua diferente, un mal humor, un mal amor.
La aurora del poeta despierta entonces: Humberto Pinedo se come el texto, se sienta a escribir sobre las páginas, se entiende; tiene hambre de escribir cotidianamente, sin descanso.
Los avatares que se observan en esta proliferación, llevan hilo conductor, Humberto Pinedo está en el filamento húmedo de una calle, observa cada grano de polvo, cada madrugada se desmenuza en cierto origen, incluso los objetos que agonizan son incluidos por el poeta.
Definir la poesía de Pinedo Mendoza es difícil, con decir “concreto”. Él viste, ve las cosas, define el contorno, se identifica con la izquierda, escribe con libertad, no traiciona sus principios, ni sus sueños. Los iguales lo definen sin exigencia o con exigencias verbales, es un sujeto que te lleva, te arrastra en su texto por su originalidad, calificado como un trabajo pos modernista. Puedo agregar que es amoroso, escribe sobre la familia, por un libro que nos obsequió y algunas publicaciones que nos ha enviado sin quiebres ni fisuras. Detrás del tiempo puede ser interpretado, la poesía concreta para Káte Hamburgen: El sujeto se vuelve incomprobable con ex poemas, des poemas, es decir, escribe una serie de asociaciones. La amenaza de nombrarse concreto es un hecho político, augusto, literal, ungido en la grandiosidad entre hombre, autor, persona y poema objeto, según: González Aguilar
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